La reconciliación de judíos y gentiles
En este estudio nos adentraremos en el pasaje bíblico de Efesios 2:11-22, donde el apóstol Pablo nos muestra cómo la obra de Jesucristo reconcilia a judíos y gentiles, creando un nuevo pueblo de Dios. Este pasaje es de gran importancia teológica y nos permite entender mejor la relación entre las dos comunidades y cómo el sacrificio de Cristo las une en una nueva identidad.
Contexto histórico y cultural
Antes de adentrarnos en el pasaje en sí, es importante comprender el contexto histórico y cultural en el que fue escrito. Efesios es una carta de Pablo escrita desde la prisión en Roma, dirigida a la iglesia de Éfeso y otras iglesias cercanas. En ese tiempo, había una profunda división entre judíos y gentiles, con los judíos considerándose a sí mismos el pueblo elegido de Dios y segregando a los gentiles.
El muro de separación
En Efesios 2:14, Pablo habla de un “muro de separación”, que representa la hostilidad entre judíos y gentiles. Este muro se refiere a las barreras religiosas y sociales que separaban a ambos grupos. Los gentiles no tenían acceso al templo ni participaban en las promesas de Dios para los judíos. Esta separación creaba una profunda división entre ambos grupos.
La obra redentora de Cristo
Pero en el versículo 13, Pablo nos muestra la buena noticia: “Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados mediante la sangre de Cristo”. Aquí, Pablo enfatiza que el sacrificio de Jesucristo ha derribado ese muro de separación. Tanto judíos como gentiles pueden ser reconciliados con Dios a través de la fe en Cristo.
La creación de un nuevo pueblo
En los versículos 19-22, Pablo revela el propósito de esta reconciliación: “Así que ya no son extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, miembros de la familia de Dios”. Aquí vemos cómo la obra de Cristo ha creado un nuevo pueblo, que trasciende las divisiones humanas. En esta nueva comunidad, los creyentes judíos y gentiles son unidos en Cristo y forman parte de la misma familia de Dios.
La importancia de la reconciliación
Este pasaje nos muestra la importancia de la reconciliación entre diferentes grupos. En un mundo dividido por barreras raciales, sociales y culturales, la obra redentora de Cristo nos llama a buscar la unidad y la reconciliación. Como creyentes, debemos romper los muros de separación y acercarnos a aquellos que son diferentes a nosotros, mostrando el amor de Cristo en nuestras acciones y actitudes.
El llamado a la unidad
Además de la reconciliación entre judíos y gentiles, este pasaje también nos desafía a buscar la unidad dentro de la iglesia. Pablo enfatiza que somos “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”. Nuestra unidad no se basa en la cultura, la raza o las tradiciones, sino en nuestra fe común en Cristo.
Superando las barreras
Superar las barreras y divisiones no es fácil, pero el poder transformador de Cristo lo hace posible. Como creyentes, debemos estar dispuestos a dejar de lado nuestros prejuicios y buscar la unidad en medio de nuestras diferencias. Debemos ser conscientes de nuestras propias barreras y estar dispuestos a escuchar y aprender de aquellos que son diferentes a nosotros.
La iglesia como un ejemplo de reconciliación
La iglesia de Jesucristo debe ser un ejemplo de reconciliación en un mundo dividido. Debemos ser conocidos por nuestro amor y nuestro compromiso con la unidad. Como dice Pablo en el versículo 22, la iglesia es “un edificio en el cual también ustedes son juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”. Nuestro propósito como iglesia es ser un lugar de encuentro, donde judíos y gentiles, personas de diferentes culturas y razas, puedan encontrar la paz y la reconciliación en Cristo.
Reconciliándonos con Dios y con los demás
La obra redentora de Cristo nos invita a buscar la reconciliación en todas las áreas de nuestras vidas. Esto incluye reconciliarnos con Dios, aceptando a Jesucristo como nuestro Salvador y permitiendo que él transforme nuestro corazón. Pero también implica buscar la reconciliación con los demás, trabajando para romper las barreras que nos separan y buscando la unidad en Cristo.
Preguntas frecuentes
¿Cómo podemos aplicar la enseñanza de Efesios 2:11-22 en nuestras vidas?
En nuestras vidas diarias, podemos aplicar la enseñanza de este pasaje buscando la reconciliación con aquellos que nos rodean. Debemos estar dispuestos a dejar de lado nuestras diferencias y buscar la unidad en Cristo. Esto significa perdonar a aquellos que nos han ofendido, humillarnos ante los demás y buscar la paz en nuestras relaciones.
¿Cómo podemos romper las barreras que nos separan de los demás?
Para romper las barreras que nos separan de los demás, debemos estar dispuestos a cuestionar nuestros propios prejuicios y estereotipos. Debemos escuchar y aprender de aquellos que son diferentes a nosotros, buscando comprender sus perspectivas y experiencias. Además, debemos practicar el amor y la empatía en nuestras interacciones diarias, mostrando respeto y consideración hacia todos.
¿Cómo podemos fomentar la unidad en nuestras iglesias y comunidades?
Para fomentar la unidad en nuestras iglesias y comunidades, debemos valorar y celebrar la diversidad. Debemos estar dispuestos a aprender de aquellos que tienen diferentes antecedentes culturales y experiencias de fe. Además, debemos trabajar juntos en proyectos y actividades que promuevan la unidad y el bienestar de todos. La unidad no significa uniformidad, sino aprender a valorar y respetar nuestras diferencias.
En conclusión, el estudio de Efesios 2:11-22 nos muestra la importancia de la reconciliación entre judíos y gentiles, así como la reconciliación en todas las áreas de nuestras vidas. Nos desafía a romper los muros de separación y buscar la unidad en Cristo. Que seamos un ejemplo de amor y reconciliación en un mundo dividido, mostrando el poder transformador del evangelio en nuestras vidas.